lunes, 10 de mayo de 2010

Las apariencias siempre engañan... o casi.

La gran batalla del ser humano es ser aceptado y querido por los demás. Casi todo lo que hacemos en nuestra vida social va encaminado a ello. Conseguir respeto y cariño es el gran objetivo. La estrategia para conseguirlo es muy variada: la bondad, la solidaridad, la excentricidad, la fuerza, el poder, la habilidad única, la belleza, la normalidad (aceptando ser y actuar según los parámetros del estereotipo)...
La mezcla de vagancia e ignorancia generan el estereotipo, una plantilla mental de comportamientos y actitudes   sobre la que vamos confrontando las personas con las que nos cruzamos. Según su edad, aspecto, adorno personal, actividad que desarrolla, etc... le asignamos una plantilla y decidimos si podremos amarle, quererle, darle un trabajo o desconfiar de él. La generación de plantillas, la necesidad de ordenar y clasificar el entorno es compulsiva en el ser humano. Las ciencias que estudian el entorno del hombre, desde la botánica a la sociología, pasando por la zoología o la historia del arte, centran su empeño en establecer plantillas. Del conocimiento de un individuo o de un elemento sacan conclusiones universales, plantillas, que determinan el comportamiento "normal" de todos los individuos de su especie, grupo o elemento. Ayer, en Redes, Punset habló de los grandes homínidos con un prestigioso científico. Pudimos oír, con total tranquilidad, que los chimpancés son patriarcales y aprenden a usar objetos y cosas así. Ni a ellos, ni a los espectadores, se nos ocurrió pensar que aquellas conclusiones sólo eran aplicables a los individuos cautivos objeto del estudio, ¡No a todos los chimpancés del planeta!

Me decía Iñaki Gabilondo, en mi lejana juventud,  que la cosa más difícil del mundo es ser normal. Piensa, decía, en cuántos hombres normales conoces. ¿Qué hombre conoces casado, con dos hijos, creyente en un Dios, con coche de tipo medio, apartamento en la playa, trabajo estable, aficionado al fútbol, que vive en una casa de tres dormitorios, que se toma una cerveza después del trabajo, que sólo lee prensa deportiva, etc...? 
¡Hay muy pocos hombres normales! ¡Los hombres normales son una gran rareza! ¡Lo normal, la media de comportamiento y estilo de vida, es no ser normal!
¡Cuánta razón tenía!
Siendo tan sabio, ¿por qué Iñaki Gabilondo pasó de ser el periodista con mayor credibilidad, según la opinión expresada por unas personas encuestadas, a ser rechazado violentamente por una parte de la sociedad y ninguneado en un programa marginal de una televisión marginal? 
¡Por culpa del éxito y la fama! ¡Por culpa de la mentira marquetiniana que establece que: la opinión expresada por un puñado de individuos al ser interrogados establece la opinión de TODOS los individuos de la sociedad.
Los titulares de prensa clamaban: "Iñaki Gabilondo, el periodista con más credibilidad de España". Los encuestadores interrogaban a unas cuantas personas, elegidas según determinados estereotipos, y los titulares clamaban. "Iñaki Gabilondo hace el programa de radio más oído de España" o: "Iñaki Gabilondo, el periodista más influyente de España". 
Es difícil mantener la cabeza fría, tu sabes que no es para tanto, pero si tantos aduladores te ensalzan, si tantas veces te repiten lo listo, lo guapo y lo bueno que eres. Si tantos personajes famosos se pelean por conocerte y tantas personas admiradas te ensalzan... ¿a lo mejor es verdad? ¿A lo mejor soy listo, guapo y bueno? Si además te levantas una pastizara con ello y los demás no, la conclusión es sencilla: "Yo soy listo, guapo y bueno". Además te entra un cierto desprecio por esa sociedad que canta tus alabanzas porque tú sabes muy bien que sólo eres: espabilado, resultón y apañado. Si los demás no lo ven es que son tontos. Y si son tontos, son manipulables. Tienes la mala suerte de que las primeras manipulaciones te producen dinero y amigos agadecidos con poco trabajo, y ya la has cagado... 
¡De cabeza al fracaso total! 
Si unes la envidia, ¿por qué él triunfa y no yo?, al cabreo que genera sentirse tratado como un tonto manipulable, obtienes como resultado el batacazo del triunfador.

No hay nada peor para el individuo dotado de una habilidad que le destaca  socialmente, que creerse el estereotipo que genera en la sociedad su personaje público.
Cuando conocemos a la gente, a la persona detrás del individuo social, siempre nos llevamos sorpresas. Actitudes, criterios, habilidades, conocimientos que no podíamos sospechar que tuviera. Y esto ocurre con los 5.300 millones de seres humanos que vivien en el planeta. Todos y cada uno tenemos algo que rompe el estereotipo.

Qué piensan ustedes de Pocholo, por ejemplo... 
¿Sí? ¿No me diga?: 
¡Fiesta,fiesta!... ¿Dónde está mi mochila?... ¡Sexo, drogas y fiestón!... 
Eso es lo que nos cuentan los medios de comunicación, esa es la verdad social admitida. Eso es lo que esperamos recibir de él.
¿Pocholo tiene algo que ver con José María M. B., un señor capaz de pagar ¡¡¡¡36.000 euros!!! por recuperar a un perro y un gato que le extraviaron unos amigos? ¿Un hombre que dejó todo para coger un avión y patearse una isla durante días y noches sin descanso buscándoles y pegando carteles?
José María M. B. es un hombre que asume responsabilidades, que se entrega a quienes ama y le aman, que da todo lo que tiene por los suyos, que cumple con su palabra, aunque lo que haya dicho lo hicera en un momento de gran inestabilidad emocional. Un tipo sano, serio y formal... ¿cómo se le va a comparar con "El Pocholo"?

En resumen: cuidado con los estereotipos, ¡mienten!  
Por eso, me gustaría hacer para los clientes de CREANUNCIOS  una publicidad alejada del estereotipo del presunto consumidor y que se centrará exclusivamente en el producto y sus virtudes. ¿hay alguien que haga algo lo suficientemente bueno para poder soportar una publicidad honrada? 
A los consumidores nos gustaría mucho. En Creanuncios trabajarían encantados con ellos.

Dedicado al ser humano José María M. B. una historia de otro planeta: LOS FUEGOS DE ASKELL.


Un mar infinito, islas donde, después de milenios, se alzan y desaparecen civilaciones: Askell. Aquí, la navegación es la única manera de comunicación posible y las embarcaciones de todo tipo surcan el océano, a pesar de los monstruos que, en cualquier momento, pueden surgir de las profundidades y destruir los cascos. Mercaderes y contrabandistas descargan en cada puerto cargamentos preciosos venidos de los más lejanos horizontes, los juglares saltan de isla en isla para ofrecer las maravillas de su buque espectáculo. Uno de estos poetas itinerantes, el pedante Keresquín de Viloque, se ve inmerso en una admirable epopeya por Dao X’ian, un valiente mercenario de hacha afilada, Cybil, una escultural bailarina con mucho carácter y Brunario Dagacorta, un tenebroso cortabolsas y hábil lanzador de cuchillos. Este extraño equipo se encuentra en posesion de uno de los secretos más preciosos de Askell: el de la fabricacion del Ungüento Milagroso. Perseguidos por la venganza de los Sacerdotes Articuladores, son enviados a los pesados buques que persiguen al mas aterrador habitante del océano: el skorill.

La tradumaquetación de este primer tomo no es mía. El compañero VADELURK  escaneo el número 1 editado por DEVIR que decidió abandonar la edición de la obra. Yo me ocupé de completarla traducciendo y maquetando los otros dos números que se editaron en Francia... pero eso será más adelante, por el momento, esto es lo que hay. 

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