viernes, 7 de mayo de 2010

¿La publicidad es hortera?

¡Sí!
 Lo es por definición: En Madrid, apodo del mancebo de ciertas tiendas de mercader (R.A.E.)
Más en concreto, cuentan que se llamaba así a los empleados de sastrerías, que bajaban a los bailes de los barrios con su ropa de la tienda para aparentar ser señoritos. Por extensión se aplica a personas que aparentan, pobremente y con mal gusto, lo que no son. Vamos, que un hortera es el epítome del "quiero y no puedo".
Con esta definición, aquí es hortera hasta "el Tato".
-El primero que lo es: el cliente, ya sea empresario o empleado directivo. En 20 años de experiencia profesional, NUNCA alguien me ha dicho que el público objetivo de su producto es la clase baja o media baja. ¡Ni los supermercados de proximidad, que sólo anuncian ofertas e inauguraciones de establecimientos!
A partir de ahí todo va en casacada: 
-El creativo es un hortera porque no le gusta el producto, está muy por debajo de su categoría de artista, el presupuesto de campaña, miserable, ¡Y no le gusta lo que hace! El es un artista atrapado en un trabajo alimenticio. 
-El ejecutivo de la cuenta es un hortera porque quiere hacer creer que un poblachón manchego es New York y Rosario Pino, Madison Avenue. ¡Marcas, marcas! ¡Qué se vea que hay clase y posibles! Triunfadores de cartón piedra tan falsos como un parque temático. Si al menos ganara lo mismo que un albañil...
-Los intérpretes son unos horteras porque les da verguenza lo que hacen. ¿Os habéis fijado la desgana y el desinterés con que leen los textos publicitarios en la radio? Sólo conozco un profesional que le ponga algo de interés y ganas de vender lo que anuncia, Pepe Domingo Castaños. ¡Los horteras de la comunicación le llaman hortera, ya les vale! ¡Es el único que respeta su trabajo! Y pone lo mejor de si mismo, bueno o malo, para agradecer al anunciante que le permite vivir... bien... bueno, MUY BIEN.
-Los medios son unos horteras porque creen que la publicidad es el desagradable peaje que deben pagar sus geniales contenidos, en el mejor de los casos. En el normal, el anunciante es un idiota que se ha dejado liar por el comercial, gentuza que trata con dinero. Los medios clásicos, no han superado la mentalidad medieval que rechazaba a los que hacían dinero porque: o eran judios o eran unos ladrones... "Si yo no soy rico, con lo listo que soy, es que los que lo son han robado... lo de que a mí me guste trabajar poco es sólo accidental."
-La pieza publicitaria, el resultado, es una horterada porque no es publicidad, es cualquier otra cosa. Lo explico con un ejemplo:
Según los publicitarios el mejor anuncio de la historia, el anuncio de un señor planenando con la manita fuera de la ventanilla en el desierto de Baja California, ¿Qué vende, qué ofrece al consumidor? ¿Que si te compras ese coche, te sentiras como un taxista conduciendo con el brazo apoyado en la ventanilla? A los taxistas les gusta conducir así. Con un coche rápido no puedo, es molesto y se jode la aerodinámica. ¿Y el coche cómo es, qué hace distinto a los demás, por qué es más apetecible? ¡Eso no importa, eso sería publicidad!

Un anuncio que hoy se comenta, el de Alonso domando un caballo en un salón del Casino de Madrid. ¿Para qué sirve? ¿Para decir que nos hemos gastado una pasta en el rodaje? ¿Para que veas cuánta pasta gana la marca de relojes? La película es expléndida, Alonso está muy bien, pero... ¿Qué hora es? ¿Con qué ropa, en qué circunstancia, en qué ambiente debo ponerme ese reloj?

Una cosa es que el usuario se identifique con el producto y otra muy distinta que el producto identifique al usuario. El que hace esos anuncios está llamando a su cliente hortera, falto de personalidad y fracasado que necesita gastarse dinero para que los demás crean que es lo que no es.

A mi me gustaría poder hacer publicidad honesta, que mis anuncios hablaran del producto, de sus beneficios, de lo que aporta el producto a la calidad de vida de sus compradores. Quiero que mi publicidad no sea hortera.
Me temo que estaré mucho tiempo en el paro y CREANUNCIOS sin clientes.

Todo esto viene a cuento de mi agradecimiento a Jesus Díaz y al programa de la publicidad por citar este blog en su newsmail del Programa de la Publicidad que se emite en la COPE y que es un referente de los profesionales de la publicidad españoles. Seré un exPrisa, pero soy lo suficientemente listo como para oir lo bueno: El programa de la publicidad, Carlos Herrera... Carrusel Deportivo...

Para que esta entrada refleje las condiciones de un buen anuncio publicitario, toca ofrecer algo interesante a los lectores en pago de la atención prestada. Toca tebeo, un tebeo que fantasea sobre la aplicación del márketing a la guerra. Lo publicó DC, en su línea Vertigo, en Estados Unidos y ningún editor español se ha atrevido a publicarlo a pesar de los éxitos y premios obtenidos.





army@love nº. 1



Por Rick Veitch y Gary Erskine.

Versión en español de WILLYG



Cuando una unidad de la Guardia Nacional es enviada a una guerra interminable en el Oriente Medio, chavales salidos del instituto y directivos de corporaciones de mediana edad lucharán en una guerra que usará la acción emocionante y  el sexo fácil para mantenerlos motivados.

La colección completa son diez números. Si queréis más hacédmelo saber con los comentarios.



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