jueves, 16 de septiembre de 2010

EL COBRADOR

A la pobre España, siempre le ha traído desgracia el orgullo de sus habitantes. En el Siglo de Oro, malgastamos el oro de América en una guerra en Flandés por el orgullo herido de una dinastia, nacida en Flandes, que no podía soportar que los habitantes de su tierra ancestral no quisieran ser súbditos de ellos. El tiempo ha borrado muchas cosas, pero no ha limado ni un ápice nuestro orgullo. El orgullo español es pedestre. En la vida cotidiana, se reduce a ser más que el vecino y tener mejor coche que el cuñado. Y, para ello, nos condenamos a vivir por encima de nuestras posibilidades.
No fue la estulticia, la ignorancia o la incapacidad del Presidente del Gobierno, que también, la que nos hundió en esta crisis sin esperanas. Fué el orgullo de Zapatero que no podía admitir que estallara una crisis en su camino hacia la historia, que no fuera más listo que Aznar para encontrar un Rato que se la solucionara, que la economía mundial hundiera un país guiado por el faro de Occidente.

Ahora, como en tantas ocasiones, España tiene que esconderse del cobrador porque no puede pagar las facturas de su orgullo.


Y todo ésto lo inspira un dibujo de Urda, publicado en el TBO, y que he copiado para ustedes con las técnicas digitales de este siglo:

¿Hartos de paisajes toscanos, perros asesinos, caballos desbocados en la noche y posters cutres que tiene todo el mundo?
¡Apueste por el arte original y exclusivo escondido en los tebeos!
Esta ilustración digital está preparada para ser el adorno de su hogar,  impresa en papel o tela, en tamaño de hasta 40X30 cm. Póngase en contacto conmigo si quiere que sea suyo.

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