Cuando no se tiene nada de qué hablar o no se quiere hablar de nada, se habla del tiempo. Los reporteros se cobran su minuto de gloria hablando del tiempo. Los reporteros, agarrados a la cebolla, miran a cámara y nos dicen lo evidente, que en julio hace calor, que la playa está abarrotada (buen pretexto para lucir teta y culo esparramado en la arena playera, que eso sube la audiencia), que en el norte se está más fresquito y demás datos que a ellos, solo a ellos, les parecen relevantes para asegurarse el minuto y recibir la llamada de su madre diciendo que la vecina ha llamado para decir que ha salido muy guapo.
Vamos a ganar lectores, hablemos del tiempo... pero con arte. El arte lo pone una revista que se llamaba ALEGRÍA allá por el 1907...
- No vengas mucho a comprar porque me vas a arruinar con esos ojos, Torcuata.
- ¿Por qué?
- Porque hasta la horchata me la vas a deshelar.
A los desheredados de la fortuna, aún nos queda pasar lo mejor... la noche en la buhardilla...
- Por lo visto tampoco la vecina de la buhardilla de enfrente, sale de veraneo.
- ¡Claro que no! Este año vamos a ser muchas las damas de elevada posición que nos quedamos en Madrid.
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