Vale, la imagen corresponde al celebrado en Valencia, pero es la única imagen que tiene Google, del congreso celebrado ayer (18 de octubre de 2011) en Madrid. La verdad es que, para ser un congreso al que asistieron cientos de personas en una sala abarrotada, con café incluido en la invitación gratis e incontables referencias a la labor tweetera por parte de Fernando Rivero...
...para animar el cotarro, el reflejo en las redes sociales del evento resulta bastante pobre. Tweeter, digan lo que digan, es un pobrísimo medio de comunicación e interacción sólo válido para cortos de expresión. Mola jugar con el telefónito, te ven hacerlo y eso refleja tu modernidad, pero no estás haciendo nada útil. Los tweet que he encontrado... lamentables, los blogs... ninguno, soy el primero.
La cosa tiene su gracia si tenemos en cuenta que el Congreso y sus ponentes eran una panoplia de las armas que ofrece la red digital para pescar clientes.
Lo mejor del Congreso fue la comida, en el Hipercor del Parque de las Naciones (los restaurantes de Ifema tienen unos precios para idiotas) y la agradable compañía de la entrañable amistad.
¿Y el Congreso? Pues como corresponde a un encuentro de vendedores, empezó tarde y mal. El Vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Juan Velarde Fuentes...
Se largó, en vídeo, un discursito sobre "Por qué, a pesar de todo, caben posibilidades optimistas para España" para que los expertos en vender aire probaran de su propia medicina. Al primer lugar común, huida de la sala. Era más interesante escuchar a uno de los gurus de la creatividad publicitaria de España, Agustín Medina, ya sin la banda...
... quien, entretenido, les dio otra dosis a los marketinianos de lo suyo... "cómprame aaaargo, payo". Osea cómprame mi libro: "Bye, Bye, Marketing". Para mí que no coló porque la señora que los vendía, en un lugar tan estratégico como el acceso a los baños, estaba bastante aburrida rodeada de cajas. ¿Dijo algo nuevo? El típico discurso en defensa del marquismo. Lógico, ni el chino, ni el mercadillo gastan en publicidad, ellos con vender barato ya tienen suficiente.
Ahora que veo el título del libro: el marketing (ciencia americana, por excelencia) tiene en el inglés su principal punto de referencia (sus empresas, acrónimos y jerga se basan en el inglés) pero... ¿podrían aprender a pronunciarlo y usarlo correctamente? El "pichinglis" no es un idioma, ni un síntoma de cultura, ni una imagen de modernidad... ¡Es una tontería supina!
Lo que vino después fue un desfile de ponentes vendiendo los servicios de su empresa y su brillantez profesional:
Blanca Benito Padilla, Sodexo, expuso diez razones para implantar un programa de incentivos con éxito;
Fernando Ribero, Tatum, habló del MARCOM, marketing y comunicación (a quien nunca se le deberá unir la creatividad porque entonces sería CREMARYCOM, que los niños traducirían por Q' remaricón);
José Juan Sanchez, Exact, defendió un CRM colaborativo, o la orientación total hacia el cliente.
Ernesto Scmitz, SAP España, se puso biblíco y nos habló en parábolas, (¿entendía que aquella reunión de profesionales era demasiado ignorante para decir las cosas directamente?)
¡Menos mal que apareció Diego Antoñanzas de Toledo, Heineken España, para no decir nada sustancioso...
pero con gracia, un triunfador sin un pelo de tonto, brillante y elegante, el relaciones públicas perfecto de la cerveza para pijos y para los que de vez en cuando necesitamos un poco de SUR (Cruzcampo). ¡Un simpático profesional!... que envidia.
Siguió pasando gente... sin pena ni gloria por el estrado y la pantalla para resaltar la importancia que tiene el seguimiento de los opinadores aficionados (Blogeros, carotas -facebook-, y ruiseñores cantamañanas -tweeteros-) y cómo se les puede conocer, controlar y responder a sus críticas y opiniones.
Nada que resaltar hasta que apareció Gustavo Entrala, cientouno...
que, en aquel mundo de blakberry dormidas y telefonillos 3G, recordó que las redes sociales no sirven para vender nada sino para escuchar a la gente y.... para desarrollar una campaña informativa de lanzamiento. Parecía saber muy bien de lo que hablaba y además parecía sincero. 101 me parece una agencia que puede, debe, tener éxito.
Como decía al principio, lo que salvó la jornada fue el menú, la compañía y el rato de amistad en el restaurante del Hipercor. Mi acompañante, siempre tan profesional, volvió al Congreso; uno, de paciencia más limitada, huyó de las corbatas y las mozas embutidas en tres tallas menos. Lo más destacado que faltaba era una entrega de premios a blogueros que, a pesar de ser premiados, todavía no han publicado nada sobre el evento.
miércoles, 19 de octubre de 2011
martes, 18 de octubre de 2011
MARLYSA, 07 : EL WALTRAS, episodio 1º
MARLYSA
07: EL WALTRAS, (episodio -I-)
07: EL WALTRAS, (episodio -I-)
"Es una criatura mítica y espantosa cuyas descripciones divergen... En realidad, poca gente la ha visto..."
Muy a pesar suyo, Marlysa se sumerge en la leyenda del Waltras... Una leyenda que va a reabrir heridas del pasado.
Muy a pesar suyo, Marlysa se sumerge en la leyenda del Waltras... Una leyenda que va a reabrir heridas del pasado.
martes, 4 de octubre de 2011
CAMBALACHE EN EL ARLEQUIN
Dice la amiga de una amiga que Santiago Urrialde es vecino de Villanueva de la Cañada.
Como hay que apoyar a los vecinos, nos fuimos de "paganinis" a ver "Cambalache"... y no nos arrepentimos.
La obra es un entremés largo, lo que los modernos llaman "sitcom" (comedia de situación) en un teatro pequeñito, lo que hace a la obra mucho más agradable cuando tienes a los actores tan cerca.
Vamos que te vas a reir, sí o sí.
Destaco lo de "paganinis" porque en la sesión del lunes, hubo un aluvión de famosos, conocidos y familiares, y nosotros. Pero todos quedaron eclipsados, cuando, justo delante de nosotros, se sentó la grandiosa pequeñita, Lina Morgán. Allí estaba, en la fila 2. Tan señora como siempre, se dejó fotografiar para los seguidores de este blog.
El madrileño, aunque no lo pareza por su nombre, Vicente Renovell, compone el personaje del policia como lo exige la obra.
Como hay que apoyar a los vecinos, nos fuimos de "paganinis" a ver "Cambalache"... y no nos arrepentimos.
La obra es un entremés largo, lo que los modernos llaman "sitcom" (comedia de situación) en un teatro pequeñito, lo que hace a la obra mucho más agradable cuando tienes a los actores tan cerca.
Destaco lo de "paganinis" porque en la sesión del lunes, hubo un aluvión de famosos, conocidos y familiares, y nosotros. Pero todos quedaron eclipsados, cuando, justo delante de nosotros, se sentó la grandiosa pequeñita, Lina Morgán. Allí estaba, en la fila 2. Tan señora como siempre, se dejó fotografiar para los seguidores de este blog.
Su presencia impone. Y se impuso a los actores que se empeñaron en dar lo mejor de si mismos. Cuando llegaron los aplausos, todos ellos no apartaban la mirada de la ilustre invitada... que les aplaudió a rabiar.
Que me perdone el autor, pero ayer los actores estuvieron por encima del texto (el video promocionaol que han visto está mucho peor interpretado que la función de ayer).
Tal vez ustedes crean, por sus actuaciones televisivas, que no dan la talla para sacarles a ustedes el dinero del bolsillo. Se equivocan.
Emma Ozores, muy esbelta, usó, y hasta abusó, de su registro de voces, incluyendo la inevitable imitación de la jerigonza de su padre, para provocar las risas.
Nuestro "presunto" vecino, Santiago Urrialde, me sorprendió. es más actor de lo que aparenta en las bufonadas de su pasado en televisión.
El catalán Ferrán Botifoll, sorprende por su genial bis cómica y la interpretación que ofrece su nariz. El momento en que su imagen es una mezcla entre ET y "El jovencito Frankestein" arrancó una sonora carcajada. Muy gracioso, aunque no lo parezca en su cara real.
Solo nos falta el quinto actor de la noche, Nelson Dante, el guarda jurado. No se prodiga en internet, lamentablemente (no he encontrado ni pista ni foto de él). Una lástima, porque pone el punto de brillo a la función bailando y cantando en directo. Ya que no pueden verlo, oigan al autor del famosísimo tango, Enrique Santos Discépolo y se les pondrá el vello de punta.
Y si no se os salta una lágrima es que tenéis la sensibilidad de una almeja.
Álvaro Sáenz de Heredia, el autor y cineasta, nos presenta un "vodevil" para que luego en casa, o en este blog, oyendo Cambalache nos demos cuenta que la comedia no tiene ni puñetera gracia.
La misma poca gracia que tiene el parking de al lado, muy bonito, muy decorado, muy musical... ¡Y muy caro! ¡Nos costó el parking más que la entrada al teatro!
Si van a verla, cojan el autobús y el metro.
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